Tú me das dinero, yo te doy creatividad y servicios.
Sin dinero, sin creatividad. Parece justo, ¿verdad?

Empiezo (y sigo) trabajando cuando se confirma el pago.
La confianza es hermosa, pero no paga las cuentas.

El tiempo es dinero. ¿Quieres algo rápido? Costará dinero. ¿Quieres algo que lleve más tiempo? Costará más dinero.
Es simple pero efectivo.

Escucho lo que tienes que decir. Escucha lo que tengo que decir. Esto no es un monólogo, es trabajo.
Y honestamente, sé lo que estoy haciendo.

Dime lo que quieres. Te diré lo que necesitas.
Si realmente supieras lo que necesitas, no estarías pidiendo mi ayuda.

Lo tuyo es tuyo. Lo que es mío es mío.
No es desconfianza, es sólo una forma de evitar la confusión.

No puedo dar lo que no me pertenece. Ni yo ni nadie más.
Pero si descubres quién puede, dímelo: debe ser ilegal.

Prometo intentar no ser idiota. Espero lo mismo de ti.
El nivel de exigencia es bajo, pero sería un buen comienzo.

Si quieres algo que ya existe, usa lo que ya existe.
No me pidas que vuelva a dibujar el cuadrado y lo llame círculo.